El Padre Flavio Peloso, es el Superior General de la Pequeña Obra de la Divina Providencia.  Es en línea el 7º  sucesor de Don Orione, encargado mundial de nuestra congregación.  Es de origen italiano, pero como él se presenta, “es de origen Orionista” y se encuentra en nuestra ciudad para compartir con los religiosos en el Hogar de Ancianos, Parroquia y nuestro Colegio.

Junto al Padre Patricio Páez, Representante Legal de nuestro colegio, ayer recibimos su visita pastoral, pudiendo como Equipo de Gestión dar la bienvenida a su casa, la más austral de nuestro país.  Tuvimos la posibilidad de contarle quiénes somos, nuestros alumnos y alumnas, personal que aquí trabaja y en definitiva la labor que realizamos de educar cristianamente a nuestros niños y jóvenes, según el estilo pedagógico de nuestro Santo Fundador San Luis Orione.

Luego, compartió en la sala de profesores, con todos los docentes, con los cuales compartió parte de lo que tenía como tarea y a contarnos de realidades en otros países donde la PODP está presente.  Mostró su agradecimiento hacia nosotros, por estar haciendo vida la obra, especialmente entre los más necesitados, instándonos a continuar como faros que iluminan a otros para mostrar a Cristo.

Para concluir su visita, lo acompañamos a dar un mensaje a nuestros niños y niñas de 7º año, a los que les recordó que no deben perder tiempo en sus actividades, contándole la historia de don Orione, cuando toma una rama y corre, levantando una gran polvareda para levantar a los holgazanes que estaban por mucho tiempo parados en la esquina.

Visitó también al 3º A de la especialidad de Administración, quienes escucharon atentamente al P. Flavio, cuando les relataba que don Orione también fue un hombre que administraba y que en la Casa Madre, en Italia, aún conservan el pequeño libro de contabilidad de cuando abrió su primer colegio en el barrio de San Bernardino.  Les contó que en el ingreso decía en primer lugar: Divina Providencia y en la salida, lo mismo, como una forma de decir que esa escuela quedaba al amparo de la Divina Providencia, Dios que provee las necesidades de esta pequeña obra.

Fue corto el tiempo de su visita, esperamos haberlo hecho sentir en casa y por supuesto, pedirle que cuando venga nuevamente, se quede por más tiempo.

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