JUAN FRANCISCO JESÚS BELTRÁN ARAYA

Nuestro “Juanito”, fue alumno del 7º año A de nuestro Colegio.

Desde el primer día de clases, su rostro resplandecía de alegría al llegar al Colegio Don Orione, porque siempre dijo que quería estudiar con nosotros.  ¡Tantos sueños, anhelos y expectativas logró alcanzar en tan poco tiempo! ¿Y saben por qué?…yo les contaré.

Juan se incorporó en el mes de marzo a la Pastoral del Coro Litúrgico, dirigido por su Profesora Jefe, Dariela Navia.  Con su entusiasmo y contagiosos comentarios, se ganó el cariño de sus compañeros.  Cantaba hermoso y lo demostró en la Eucaristía de 7ºs años, donde con orgullo recibió de manos del Padre Patricio Páez y yo, su insignia Orionista, que lucía siempre en su uniforme.  Ese día, recuerdo, también recibió la “Sal” y la “Luz” (velita adornada) ¿quién iba a pensar que en su corta estadía con nosotros, iba a ser otro “pequeño Jesús” como dice su nombre, pues compartía, opinaba y se expresaba “como un grande”.

A mi Juanito lo conocí un día martes, porque me llevaría la gran sorpresa de mi vida.  Vino a mi oficina, pues sabía que yo preparaba para recibir el Sacramento del Bautismo.  Sí, él era uno de mis muchachos.  Tuve la dicha de contarle de Dios, de cómo pasamos a ser Hijos de Él, de cómo Dios nos ama, de los ritos del Bautismo y mi Juan, respondía con  la sabiduría de un gran estudioso, un maestro.  Todas las preguntas que hice en sus dos catequesis, las respondió con exactitud.

El jueves 27 de abril tuve la gran dicha de ir a ayudar a cocinar a su Jornada en Betzaida.  Estaban alegres y me acuerdo que hasta me atreví a dirigir “El Rey Fuchifuchá”, los niños estaban felices y después de ingresar al Salón me tocó repartir el desayuno.  Recuerdo su carita especial, cuando me pidió más té y pancito.

Hoy lloro tu partida, esto me ha costado el alma y no sé por qué.  ¿Será que vi tu cuerpo inerte en esa fatídica carretera? ¿O tal vez será porque no te veré más los martes cuando siga preparando a otros compañeros tuyos para recibir su Bautismo? ¿Será que ya no tendré más Jornadas Orionistas contigo? ¿O que no pudiste cantar en coro de hoy día en la Catedral?

Tengo que reponerme de tu partida y mi consuelo de que estás con Jesús, el Amigo que te conté, te amaba desde siempre.  Otro angelito más en el cielo para cuidarme y protegerme a mí y a todo tu colegio.  Te extrañaré Juanito, el día en que vayamos al Templo Votivo de Maipú, donde pensabas ir también a cantar, pero escucharé tu canto de niño cada vez que repita que “Hay ángeles volando en este lugar”.

Cuida a tus compañeros que lloran tu partida.  Protege a tus profesores y a tus tíos Asistentes de Educación.  Manda caricias suaves y dulces para tu Mamita y Familia. Avísame en un sueño que llegaste bien y sigues feliz.

Un abrazo al cielo, de tu director y monitor de Bautismo, Alfonso.

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