Como todos los años la comunidad educativa celebró el día internacional de la mujer. Con un significativo acto celebramos de forma especial a todas nuestras Madres y Apoderadas, Docentes, Administrativas y Asistentes de Educación que con dedicación y entrega cada día nos embellecen y acompañan en esta labor de educar y formar. Les deseamos a todas el mayor de los éxitos y que La Santísima Virgen María sea su modelo de vida.

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REGLAMENTO INTERNO O MANUAL DE CONVIVENCIA  ESCOLAR

 COLEGIO DON ORIONE

LOS ANGELES

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El Sacerdote Luis Orione, ya había andado su vida, sirviendo a los demás…haciendo la Caridad incluso fuera de su querida Italia.

Su cuerpo estaba cansado y su corazón aún más, quizás traspasado de tanto amor como un derroche de lágrimas de quien sabe que se acerca su hora de dejar este mundo.

Por órdenes de su Superior, por consejo de su doctor y mucha gente que estaba en las obras de Caridad, accedió a viajar, “contra su voluntad” a San Remo.  Hay que recordar que había tenido ya un primer infarto cardiaco.

Él decía: “Deseo ir a morir entre los pobres, quiero morir entre los niños huérfanos, abandonados, recogidos por la Divina Providencia”. 

Era el 12 de marzo de 1940, cuando siendo las 22:30 hrs. el enfermero llamado Modesto va la pieza de Don Orione, dándose cuenta que hay nuevamente síntomas de un nuevo infarto, transpiración, rostro cadavérico.  Pese a que le pone una inyección para disminuir su dolor, el enfermo se ahoga, debe ser levantado de su cama para que pueda respirar un poco mejor.

Este nuevo ataque no era igual a los demás…era con una transpiración copiosa, era un sudor frío, de muerte.  El enfermero lo sienta en un sillón y lo cubre con una frazada, mientras jadeante su cabeza de moribundo se apoyaba sobre su brazo derecho en un abandono casi inerte.

“Jesús, Jesús” se le escuchaba decir y luego: “¡Voy!” como respondiendo a un llamado.

Eran las 22:45 hrs. Don Orione levantó sus ojos al cielo y sin fatiga, reclinó su cabeza en el sueño profundo de la muerte.   

Con mucha alegría y desde temprano, llegaron nuestros alumnos y alumnas, luciendo radiantes sus uniformes del Colegio. 

Tuvimos como en años anteriores la presencia de muchos padres y apoderados, quienes venían a dejar a sus hijos, especialmente del curso 7º y 1º medio, pues los de los otros niveles ya conocían el establecimiento.

Una mamá al saludarme en la puerta me dijo: “director, aquí le vengo a dejar a mi gran tesoro”, presentándome a su hijo, quien venía a primero medio.

Rápidamente le respondí con un “gracias por su confianza en nosotros” y luego seguí pensando en la real importancia que tenía estas palabras.

Nuestro Fundador, San Luis Orione, inculcó eso de “cultivar el alma y el corazón del joven” que significa: enseñar, cuidar, educar y llevar a los jóvenes a ser íntegros ciudadanos y fervorosos cristianos.
Estimados padres y apoderados: intentaremos de cumplir lo mejor posible nuestra tarea de educar cristianamente el corazón de sus hijos e hijas. 

Daremos nuestro 100% en cumplir las metas que a principios de la semana pasada trabajamos: “Trabajar buscando sólo a Dios” y lo demás se nos dará por añadidura.

Alfonso Riquelme Alfaro
Director

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